Los caballos acuáticos que frecuentaban los pantanos, hicieron resonar sus trompetas, cuando lo vieron llegar, impregnado de nardo y tomillo.. El, caminaba con largos pasos, armado de gran belleza reflejando su figura en las aguas tranquilas..
Llegó hasta donde tu estabas descansando.. acostada, esperó unos instantes la llegada de la aurora, y fue entonces, cuando tocó con sus manos tus negros senos..
Tú, besaste su boca con labio de brasa.. lo hiciste tu presa..
más tarde, te mantuviste detrás de su tronco llamándolo por su nombre secreto..
Murmurabas monstruosos oráculos, en la concha de sus oídos, y con sangre de cabra y toro, le enseñaste a hacer extraños milagros, mientras fue tu compañero de lecho..
Vuestra cama nupcial, era el Nilo cubierto de vapores, y con tu sonrisa arcaica de sinuoso contorno, mirabas crecer y disminuir su pasión!!
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