"No juzguéis y no seréis juzgados" hace referencia a la
incapacidad del ser humano para emitir juicios certeros
sin poseer la mirada ecuánime de la divinidad. Porque
solo quien ve el conjunto de la realidad, está capacitado
para entender y valorar los actos humanos.
"Quien tiene una viga en el ojo propio no debería juzgar
la paja en el ajeno".
Sin embargo, juzgar es una actitud inherente al ser
humano.Cuando conocemos a alguien nuevo, emitimos
un juicio de valor Saber lo que pensamos sobre alguien
o algo, nos proporciona seguridad y nos permite guiar en
origen el término no juzgar, proveniente del hebreo,- que
significa dirigir o guiar- nuestras reacciones. Cuando
calificamos a una persona de honesta o deshonesta, de
valiosa o despreciable, en realidad, estamos decidiendo
la forma en la que nos relacionaremos con ella, Del mismo
modo, cuando calificamos de peligrosa una determinada
situación, nuestra actitud y reacciones quedan en buena
parte condicionadas por esa visión. Juzgar por lo tanto,
nos proporciona la sensación de que pisamos terreno
firme.Pero al mismo tiempo, nos aleja del mundo...
Desde el momento que etiquetamos la realidad,dejamos
de observar lo que sucede para fijarnos solo en la etiqueta
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