Entiendo y creo, que debemos alimentar nuestra libertad, olvidando los momentos malos...
Si nos desprendemos de nuestra libertad, entregamos nuestros años blancos y limpios,
y el tiempo que soliamos gozarlo.
Es reconfortante sentir, como el agua de la lluvia cae sobre nuestra cara, y contemplar como soporta esa diminuta rama,
al ave que decide posarse en ella, después de un largo viaje.
¡Tan solo basta una mirada sincera, amorosa y un deseo, para avivar o alentar la esperanz dormida.
Hay que olvidar la angustia, pues ella,
se abre paso en las entrañas, evitando que afloren esos sueños necesarios.
¡Demos vía libre a la libertad, con la finalidad de sentirnos realizados!!.
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