Hay que disfrutar de las pequeñas cosas, porque tal vez un día vuelvas la vista atrás, y te des cuenta de que eran las cosas más grandes. Este es un hecho que resulta muy evidente para esas personas, que tras haber llevado una vida normal, un accidente o una enfermedad les han revelado que esa normalidad estaba colmada de milagros cotidianos, que no por ser pequeños, son menos valiosos. Con frecuencia nos hallamos tan inmersos en nuestros propios problemas, que no vemos cuanto hay a nuestro alrededor. La vida, es tan sofisticada en lo grande como en lo pequeño. Tanto si miramos la galaxia, como si prestamos atención a la estructura de un pequeño copo de nieve. " Lo sublime anida en todas partes".
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