Tres cosas no puedo darte; mi destino, mi situación y aporte económico. En cambio te hago entrega de mi alma, el corazón
y las letras donde se refleja la idea de soñar que el cielo me pertenece.
Te entrego mi ilusión, un sueño inalcanzado y un amor en cierto modo incipiente.
Soy voz que ha decidido cantar en los caminos, enamorándose de los sueños rotos, con lágrimas dormidas. Dispongo de mi prosa, mediante la cual puedo acariciar la oche y el día. Hay amores que se escapan dejándonos desolados y con el corazón partido y cerrado por reformas.
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