He llegado a plantearme, si la verdadera dignidad,
dispone de asiento libre en nuestra sociedad.
Lamentándolo mucho, entiendo que de ello, solemos
darnos cuenta algo tarde.
Tras el último gesto que nos proporciona el sol,
entramos en la penumbra de la noche, y en las sombras,
que nunca desean sentirse culpable de cuanto ocurre..
Al reflejar una prosa en el papel, pretendemos hacerlo
razonando con el entendimiento, -pero no siempre se logra
del modo que sería adecuado y deseado-, puesto que el, forma parte
integrante de la razón.
En ocasiones, tenemos cosas delante nuestro, y
no las vemos, quizás se deba a tener el alma, sometida a ciertos desvaríos,
deberíamos preguntarle, la causa o el motivo que la movió a volar
con tanta premura, y hacerlo con alas que no eran suyas..
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