Pocas son las cosas que suelen llegar tarde, porque
todas, tienen su tiempo, como las flores...Cualquier
tiempo es bueno para el amor, no lo hay tardío, porque
cuando llega, es bien acogido por el corazón.
Amar es sencillo, pero a éste le sucede igual que a la
moneda antigua, pierde el brillo, y el alma pierde su fe.
En ocasiones, vivimos con la certeza de ser aún jóvenes
pero no es así, pues la propia vida nos fuma lentamente.
¿Será acaso el amor del que todos suelen hablar, el que
arrebata, consume, hiere y maltrata?
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