¿Se puede creer que es un pecado inmenso, el querer
mucho más que más, a una mujer,si sentimos una fuerza
irresistible por ella?.
Sobre todo, si la vemos como agua que corre por el arroyo,
limpia y transparente, por esa razón, nos preguntamos si
tener sed es una culpa, `¡entonces la culpa es nuestra!
Si nuestra culpa es amar, también es culpable el río que
corre buscando el mar...
¡Ay Dios!, si hablamos de culpa, entiendo que Tú, eres el
responsable, por haberle proporcionado tanta belleza, y
darnos ojos para verla.
Tú, que oyes ese lamento de dolor sin nombre, también
la amarías si pudieras volver a ser un hombre!!.
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