En ocasiones, dudo mucho llamar a la tristeza por su
nombre, a pesar de ser un sentimiento que me tiene preocupado.
Es un estado anímico, que crea incertidumbre, por
fortuna no se prolonga en el tiempo.
Quien no ha pasado, por las fases del remordimiento, del hastío,
pero ninguna de ellas, es tan dura como la tristeza, pues ella
te envuelve en su tupido velo del cual cuesta -en ocasiones-
liberarse con la rapidez deseada.
¡Es importante saber sobreponerse!!.
Debemos sentirnos como esa estrella perdida en la noche,
pero que sigue brillando en el tiempo, a pesar de que poca
gente consiga verla.
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