El árbol, se agita, se dobla, se estremece, se deshoja
con el fuerte viento..luego retoña, pero permanece erguido
siempre que tenga buenas raíces..Esa debería ser, una
buena referencia para nosotros..
Esto es una gran verdad, también lo es que nace el día,
cuando muere la noche, y podemos afirmar, que no
forma parte de la mitología sumeria, es una realidad de la propia
naturaleza, sin necesidad alguna, que tengamos que perdernos
en las brumas del tiempo, para entenderlo.
Reconozco, cierta atracción, al contemplar el mar
embravecido, cuando lame las cicatrices de las rocas estáticas
del acantilado..
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