En ocasiones, dudamos mucho el llamar por ese nombre
al sentimiento que nos tiene preocupado.
Se trata de un estado anímico que nos crea incertidumbre,
pero que por fortuna no se prolonga en el tiempo.
Quien no ha pasado por las fases del remordimiento, del
hastío, pero ninguna de ellas, es tan dura como la tristeza
pues ésta nos envuelve en su tupido velo, resultando una
árdua tarea el liberarse del mismo.
Una de las cosas graves de ella, es que logra separarnos
incluso de algunas amistades.
Entiendo que en esos momentos, debemos sentirnos
como esa estrella perdida en medio de la noche, pero
que a pesar de ello, sigue brillando a pesar de que nadie
consiga verla.
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