Hace bastante tiempo, que siguen anclados en nuestros sueños, ciertos momentos agradables permaneciendo varados en la fina arena de los sentimientos. Enajenados quisiéramos sentirnos en ocasiones, para evitar en la medida que corresponda, el dolor que nos puede haber causado. Os diré que resulta un tanto difícil, encontrar luz tan agradable como la que se desprende de una mirada sincera, linpia y clara dispensada sin condición alguna.
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