La mayoría de las personas que afirman hallarse en un instante de felicidad, están trabajando en lo que les gusta. En los periodos de ocio, el flujo es menor, aunque se da en actividades placenteras, que necesitan prestarle atención como tocar un instrumento, o cocinar un plato nuevo. En última instancia el flujo de felicidad depende bastante de las metas-profesionales, personales, o espirituales- que solemos alcanzar con nuestro esfuerzo. El fluir va asociado a la superación personal. Cada uno de nosotros tiene una idea, de lo que le gustaría lograr. Lo cerca o lejos que lleguemos a estar de ese objetivo, se convierte en la medida de la calidad de nuestra vida.
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