Está en mi deseo ofrecer mi reconocimiento a todas esas personas que han salido a mi encuentro, en el caminar por los senderos y vericuetos de la vida. Algunos me han aportado conocimientos, alguna que otra pena pero sobre todo alegría, y buenos momentos. Quiero que mi risa franca y sincera, llegue hasta ellos con la exclusiva finalidad, de conducirles a la felicidad. Mi sana intención para todos aquellos que me ofrecieron su mano y amistad en los tiempos difíciles, es desearles días de un bienestar infinito. Que en sus momentos de tristeza sus lágrimas se conviertan en alegría, y los posibles sufrimientos propios que nos da la vida, en dicha y felicidad eterna.
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