La barca de nuestro amor, ha decidido navegar por el río de aguas tranquilas. Sus ojos son radiantes como la propia luz del día. Ahora el río conductor de nuestra barca de amor, está pletórico de alegría. En las tardes de invierno, las fantasías se ponen en marcha sentado frente al hogar y escuchando el crepitar del fuego. En esos mismos instantes, suelo escuchar una voz que dice: Ama el pasado también el presente pero hazlo cada día con mayor fuerza. La paz y la libertad amigos míos suelen andar de la mano, pocos son los que pueden sentirse en paz sin ser libres.
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