Te recuerdo como en tiempo pasado; la pena es que no llegas. He decidido continuar entregado en los brazos del sueño. Pero compruebo que resulta —en buena medida— inútil; por ello he decidido declinar mis ilusiones. Los sentimientos, en buena parte, están en las letras, pues rota la ilusión, impera el silencio y muy rara vez hay respuesta. El aroma a rosa y verdad me traslada a un terreno más bello que el mismo cielo, pero lo importante es la invitación para penetrar en su interior sin apenas condiciones. Somos muchos los que sabemos que en el fondo del alma habita un inmenso mar de silencio.
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