La aceptación de uno mismo tiene una faceta física, igual que la tiene el rechazo de uno mismo. Debemos fijarnos en los niños, ellos en ocasiones intentan no sentir lo que sienten. Su pecho se contrae y su respiración se torna más fatigosa. Lo mismo nos sucede a los adultos. Cuando negamos y rechazamos, lo primero que hacemos es dejar de respirar. Cuando aceptamos nos relajamos y respiramos hondo. La actitud de aceptación básica de uno mismo...conlleva decirse elijo valorarme a mi mismo, tratarme con respeto y defender mi derecho a la existencia". Es aquí donde empieza la autoestima.
¡Tienes que ser miembro de SECRETOS DEL ALMA para agregar comentarios!
Únete a SECRETOS DEL ALMA