MUJERES DESTACADAS
LAS HIJAS DEL LIBERTADOR
JOSEFA BALCARCE.
Dice la historia que el frente de batalla se hallaba muy cerca de su "Petit Chateau". Franceses y alemanes se destrozaban sin piedad. Era la Primera Guerra Mundial. Pepa había acondicionado su casa en un asilo de ancianos, pero con la guerra tan cercana, lo había transformado en un hospital de campaña. Allí se atendía con mucho esfuerzo y dedicación, a los heridos venidos del frente que recibían sus primeras curaciones. Tanto esfuerzo había dedicado a este proyecto, que incluso había acondicionado una de las habitaciones de su château con un equipo de Rayos X, una absoluta modernidad para la época.
Cierta vez, la historia nos cuenta, según Roberto Colimodio Galloso, que Pepa salió a la puerta de su hospital, y se encontró con un carromato cargado de heridos alemanes, los enemigos de aquella horrenda guerra.
Presurosa se acercó al Oficial francés que los custodiaba, y le dijo:
-¿Son heridos? ¡Hágalos pasar!
-¡Pero Madame! ¡Son heridos alemanes!
-¡No le pregunté de que nacionalidad eran¡ ¡¡¡Hágalos pasar!!! -ordenó Pepa, quizás con el mismo ímpetu que lo hubiera hecho su glorioso abuelo, cuando daba una orden.
Esta era Doña Josefa Balcarce San Martín de Gutiérrez Estrada, la nieta menor del Libertador de medio continente. Finalizada la guerra, su Patria, Francia, por sus méritos de guerra, la condecoró con la medalla de la "Legión de Honor", máxima condecoración que entrega el pueblo galo.
Pepa Balcarce, la dignísima nieta del General San Martín, última descendiente de su estirpe, se durmió en la Paz del Señor el 17 de abril de 1924, su esposo se llamaba Fernando Gutiérrez de Estrada y Gómez de la Cortina, y era un diplomático mexicano. Fernando murió en 1904, y fue sepultado en el Mausoleo familiar de la ciudad de Brunoy. Allí ya estaban sepultados Mercedes San Martín de Balcarce, hija del General, Mariano Severo Balcarce, esposo de Mercedes, y María Mercedes Balcarce, la nieta mayor del General, hermana de Pepa. Allí estuvo sepultado el General, entre 1861 y 1880.
Cuando muere Pepa, en 1924, completa el grupo familiar dentro del Mausoleo. Luego, en la década del '50 del siglo pasado, el Gobierno Argentino, decide repatriar a la familia del Libertador. Así son traídos Mercedes, Mariano y María Mercedes, los que descansan en la Iglesia de San Francisco, en la ciudad de Mendoza. El Gobierno de Francia no permitió repatriar a Pepa, por ser ciudadana francesa. Con lo cual ella y su marido, quedaron como únicos ocupantes del Mausoleo.
Hace no muchos años, surgió una versión, que aún no ha podido ser confirmada, o desvirtuada, según la cual, la familia de Fernando decide repatriar sus restos hacia México, y como Pepa era su esposa, también se llevaron sus restos hacia el país azteca.
MARIA MERCEDES BALCARCE
Tenía 27 años cuando murió. Había nacido el 14 de octubre de 1833, en Buenos Aires. Su madrina de bautismo fue su bisabuela, Doña Tomasa de la Quintana, y su padrino, el Tte. Cnel. Mariano Moreno, el único hijo del Tribuno de Mayo. Sin dudas significó la gran alegría de su abuelo, que ayudó a mitigar el dolor de la ausencia, la lejanía y el ostracismo. Por culpa de la mala administración de un medicamento, una mala praxis médica, fallece el 21 de mayo de 1860.
Reposará junto a su Glorioso Abuelo, Don José de San Martín, en la Cripta familiar de Brunoy durante 19 años, hasta el regreso de los restos del General en 1880. Hoy descansa junto a su madre y padre, en la ciudad de Mendoza. Se llamaba María Mercedes Balcarce San Martín, la nieta mayor del Libertador.
CINCO GRANDES MAESTRAS
SARA ECCLESTON, la creadora de la carrera de Maestra Jardinera
Sara Chamberlain de Eccleston nació el 8 de abril de 1840 en Lewisburg, Pensilvania, Estados Unidos, en el seno de una familia distinguida de la sociedad estadounidense. Recibió una esmerada educación en la Escuela de Señoritas anexa a la Universidad de Bucknell donde se graduó en 1858. Al estallar la Guerra de Secesión en 1861, Sara Chamberlain sirvió como enfermera en la Comisión Sanitaria de los Estados Unidos (precursora de la Cruz Roja estadounidense) al servicio del ejército de la Unión, actuando en los hospitales de Nashville, Tennessee, al enviudar siguió su formación en la Escuela Normal de Ruth Burritts en Filadelfia donde se especializo en Jardines de Infantes. En 1883 el Ministro de Instrucción Pública del presidente Julio Argentino Roca, Eduardo Wilde, le encargó a la regente de la Escuela Normal de Profesores de Paraná Franc Allyn, quien regresaba a su patria, el envío de profesoras especializadas para impulsar la educación pública en el país. Animada por las hermanas Peabody, Sara Chamberlain de Eccleston decidió partir con su hija Emily a Londres y de allí a la Argentina, arribando a la ciudad de Buenos Aires el 24 de agosto de 1883. Fue la pionera en la profesionalización de las maestras jardineras al crear la carrera para su formación. Desde su llegada a Argentina trabajó incansablemente. Se la había contratado para la organización de la Escuela Normal de Profesores de Paraná, la primera del país, institución donde realizó un trabajo de actualización de los programas de estudio. El 4 de agosto de ese año se inauguró el jardín de infantes de dicha escuela, el mismo contó con 35 niños y niñas de entre tres y seis años. Desde ese lugar, Sara creó la carrera de maestra jardinera que, hasta entonces, no existía en Argentina. Además, difundió el trabajo manual en las escuelas primarias para que los chicos desarrollen habilidades prácticas. En 1897 se creó el Profesorado de Maestras Jardineras de Buenos Aires, institución que Sara dirigió y desde la cual difundió la importancia del nivel inicial. Dos años después, ella fundó la Sociedad Internacional de Kindergarten con sede en la Ciudad de Buenos Aires. Hacia 1900, esta institución se incorporó al Consejo Internacional de Mujeres y fue una de las firmantes del acta de fundación del Consejo de Mujeres de la República Argentina. Posteriormente, fue designada inspectora de jardines de infantes, puesto que ocupó hasta su jubilación. Sin embargo, continuó trabajando en el campo educativo a pesar de estar retirada de la función pública. Falleció el 10 de octubre de 1916. El doctor José B. Zubiaur fue encargado de despedir sus restos en nombre de la Liga Nacional de Educación, una de las instituciones a las que Sara Chamberlain de Eccleston había pertenecido.
ROSARIO VERA PEÑALOZA, fundadora de jardines de infantes en el país
Oriunda de la provincia de La Rioja es considerada un ejemplo de docencia ya que recorrió en su carrera casi todos los roles posibles de la misma: maestra jardinera, docente de grado, profesora, directora, inspectora, supervisora, fundadora de institutos educativos y capacitadora pedagógica en enseñanza. Nacida el Atiles, 25 de diciembre de 1872 o 1873 - La Rioja, era hija de Eloy Vera y de Mercedes Peñaloza; nieta paterna de Francisco Nicolás Vera y Herrera, miembros de una extensa familia de hacendados de dicha localidad que la vinculaba con los primeros pobladores hispanos de los Llanos riojanos, los de Ávila, los Sánchez de Balderrama, los Vergara y los Peñaloza. Era bisnieta de Nicolás Peñaloza, quien por vía de su primer matrimonio fue a su vez abuelo del general Ángel Vicente "Chacho" Peñaloza. Luego de recibirse de maestra normal, en la ciudad de Paraná obtuvo el Título Superior de Enseñanza a los 20 años. Allí tuvo a como docente a Sara Eccleston, quien más tarde se convertiría en su mentora. En esa ciudad comenzó a ejercer la docencia y desde entonces pasó por diferentes cargos y localidades. Paralelamente estudiaba el profesorado destinado a los jardines de infantes y, en 1897, se graduó como Profesora de Jardín de Infantes, en la Escuela de Profesores del Jardín de Infantes de Paraná. En 1898, fundó el jardín de infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie de jardines fundados en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Paraná. En 1906 fue vicedirectora de la Escuela Normal de La Rioja. Al año siguiente, se mudó a la ciudad de Córdoba, donde ocupó durante cinco años el cargo de vicedirectora de la Escuela Provincial Juan Bautista Alberdi. Entre 1912 y 1917 fue directora de la Escuela Normal N. º 1 de la ciudad de Buenos Aires, donde sustituía a cualquier profesor que faltara. Más tarde, fue nombrada inspectora de las escuelas municipales. Dictó cátedras de pedagogía y matemática en la Escuela Normal del Divino Maestro. Participó en el armado del Instituto Bernasconi desde su inauguración en el año 1929. Dos años después, creó el Museo Argentino, que se dedicaba a la investigación y la formulación de propuestas educativas. Sus aportes resultaron fundamentales para enriquecer el sistema educativo. Consideraba importante la formación de la infancia y su vinculación con la identidad social y la cultura común para estimular el sentimiento de pertenencia. Para ella, la educación era un proceso integral que comenzaba en los primeros años de vida, en el cual la creatividad, la exploración y el juego eran elementos fundamentales. Impulsó la enseñanza popular en los jardines de infantes y tomó de base a los mejores educadores de su tiempo. En la ciudad de Córdoba, con su pariente y amigo, el presbítero Juan Carlos Vera Vallejo y un grupo de notables, comandó el grupo de señoritas que colaboraron en la expatriación de los restos de su coterráneo y héroe de la independencia Pedro Ignacio Castro Barros (1777-1849). Además, promovió la profesionalización de los jardines de infantes. Falleció, a los 77 años, el 28 de mayo de 1950. Antes de fallecer dictó testamento para que sus familiares pudieran publicar sus obras. En su memoria, la fecha se declaró como "Día Nacional de los Jardines de Infantes" y "Día de la Maestra Jardinera" en Argentina.
LAS HERMANAS COSSETINI, transformadoras de la educación
Leticia y Olga Cossettini fueron dos hermanas unidas por una misma vocación. Dedicaron su vida a la docencia y la pedagogía al tiempo que llevaron adelante distintas iniciativas que implicaban toda una innovación para la época. Ambas emprendieron el proyecto de la Escuela Serena, primero en forma piloto en la Escuela Normal “Domingo de Oro”, ubicada en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe y luego en la “Escuela Experimental Dr. Gabriel Carrasco” del barrio Alberdi, en la ciudad de Rosario, una institución donde los estudiantes eran considerados el centro del aprendizaje y donde reinaba el arte, la música y la creatividad en un contexto de serenidad y bienestar. Juntas, trabajaron para modificar las prácticas educativas basándose en una concepción del acto educativo como hecho social. Defendían una educación que focalizaba en las vivencias porque, según ellas, sólo se podía aprender aquello que se había vivido. Así, la escuela mantenía sus puertas abiertas para estar en contacto con la comunidad. Además, no había horarios rígidos ni timbres ni campanas que anunciaran el inicio o fin de los recreos. En su lugar, sonaba música. Además, había clases de disciplinas artísticas porque el arte formaba parte de la vida en la escuela. Los niños y niñas aprendían a través de diversas actividades éticas y estéticas. Esas eran las característica principales de La Escuela Serena.
Leticia Cossettini tenía una visión distinta sobre la docencia y el aprendizaje. Por ejemplo, en la mencionada escuela, llevaba fuera de las aulas a los estudiantes para tomar el radio de circunferencia de la fuente de la plaza o para pasear por los alrededores y aprender sobre el canto de los pájaros y las historias de vida de las personas del pueblo. Se trataba de una escuela que se abría hacia afuera y que interactuaba con el contexto y la comunidad. Se orientó a las materias creativas, principalmente a la plástica (pinturas, acuarelas y esculturas), pero también desarrolló teatro de títeres y dirección de coros, entre otras actividades. Además, publicó los libros “Teatro de niños” (1945) y “Del juego al arte infantil” (1950). En 1985 la Municipalidad de Rosario le otorgó a Leticia Cossettini el reconocimiento de Ciudadana Ilustre. En 1986 recibió el Premio Konex (diploma al mérito) de Humanidades en la disciplina Educación, como una de las mejores maestras (sin distinción de género) de la Argentina. En 1990, la República de Italia la condecoró con el título Cavaliere Ufficiale al Merito. Al celebrar sus 100 años de vida junto a familiares y amigos, dijo: “Un buen maestro debe ser la luz que alumbra a todos. La gente nos recuerda por los viejos maestros que fuimos. Porque enseñamos con amor”. Falleció el 11 de diciembre de 2004 en Rosario, Santa Fe.
Olga Cossettini por su parte, fue becada por la Fundación “Guggenheim” de Estados Unidos en 1940-1941, y en 1946 integró la representación argentina que participó del “Congreso Americano de Maestros”, realizado en México. Fue miembro de la Junta Ejecutiva de la Comisión homenaje de la Ley 1.420, desempeñándose como Secretaria. Hacia 1950 empezó a trabajar como Secretaria del “Colegio de Estudios Superiores”, filial Rosario, hasta 1954. Más tarde, en 1955, fue designada Inspectora de Escuelas en Santa Fe, labor que llevó adelante hasta 1957. También fue asesora del Departamento de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional del Litoral hasta 1964, y luego se desempeñó como Directora de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, a partir de 1958. Olga se despidió de este mundo en 1997, a los 98 años, en la misma vivienda del barrio Alberdi que actualmente es un museo y un centro cultural. En 1991 se estrenó la película "La escuela de la Señorita Olga", de Mario Piazza, que da testimonio sobre la experiencia de las hermanas Cossettini.
JUANA MANSO, defensora de los derechos de las mujeres
Juana Manso de Noronha nació en Buenos Aires el 26 de junio de 1819. Se dedicó a la educación y a los derechos de las mujeres. Cuando tenía 20 años emigró con su familia de Buenos Aires a Montevideo. Muchas familias que se oponían al gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, se vieron obligadas a dejar su país. Más tarde escribiría contra Rosas en su novela “Los misterios del Plata”. La primera versión se publicó desde Brasil, en portugués, en su periódico O Jornal das Senhoras, una de las primeras publicaciones sudamericanas dirigidas por una mujer, y con contenido para mujeres. De vuelta en Argentina fundaría dos periódicos más, aunque es más recordada como maestra, directora e inspectora de escuelas. Es la primera mujer argentina que tuvo un cargo de gobierno: integró la Comisión Nacional de Escuelas. Fundó las primeras bibliotecas públicas. Intervino en los debates sobre la educación y el rol de la mujer, publicando sus opiniones en los diarios y hablando en público. Ejerció en la misma época que Domingo Faustino Sarmiento con quien interactuó, y ambos se interrelacionaron con la educadora norteamericana Mary Mann. Por si fuera poco, avanzó en su carrera siendo madre soltera, luego de que su marido la dejara sola con sus hijas. Las ideas de Juana sobre la educación y la igualdad de la mujer eran avanzadas para la época, y muchas veces chocaron con los valores tradicionales. Ella no se dejó frenar: seguía trabajando y forjando el camino. Según sus propias palabras: “Quiero probar que la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo o un defecto, un crimen o un desatino, es su mejor adorno”. Falleció el 24 de abril de 1875 pero dejó huellas imborrables en la educación. Fue enterrada en el Cementerio británico porque se negó a recibir la extremaunción a pesar de que, según testimonió el pastor W. D. Junior, un grupo de damas le mandó a comunicar que si no se confesaba no se le autorizaría su entierro en la necrópolis de Buenos Aires. Sus amigos vieron en esta última voluntad una muestra de su coherencia entre sus pensamientos y su modo de vivir y morir. Recién en 1915, sus restos fueron trasladados al panteón de Maestros del Cementerio de la Chacarita de Buenos Aires, en donde a partir de ese momento descansan. La poetisa Juana Manuela Gorriti despidió sus restos y en su oratoria aclamó:
“Juana Manso gloria de la educación, sin ella nosotros seríamos sumisas, analfabetas, postergadas, desairadas. Ella es el ejemplo, la virtud y el honor que ensalza la valentía de la mujer, ella es, sin duda, una mujer”.
Elìas Almada
Correo electrónico: almada-22@hotmail.com
Fuentes: Roberto Colimodio Galloso (Granaderos Bicentenarios), CLGNoticias (Hablemos de educación “La escuela serena”, el proyecto de las santafesinas Leticia y Olga Cossettini. Por Emeli Pellegrino), Busca biografías (Rosario Vera Peñaloza, 1873/12/25 - 1950/05/28), Pensamiento vivo de Rosario Vera Peñaloza. Santa Fe, Argentina: Universidad nacional del Litoral. 1954, JUANA PAULA MANSO (1819-1875) PRESENCIA FEMENINA INDISCUTIBLE EN LA
EDUCACIÓN Y EN LA CULTURA ARGENTINA DEL SIGLO XIX, CON PROYECCIÓN AMERICANA
Elisabetta Pagliarulo, Fundación Centro Interdisciplinario de Resiliencia Rosario – Argentina.
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