La mujer, por regla general, siente verdadera adoración, por sentirse
rocío de la mañana, manantial de agua pura, y ave migratoria, que
no duda un sólo instante, emprender el vuelo en busca de vivencias
y sensaciones nuevas...
Dada su condición, desea ante todo, sentirse libre no quiere ataduras
innecesarias, sin descartar el derecho que la asiste, de permanecer
en el lugar que considere más oportuno.
No le importa lo más mínimo, hacer cuanto esté en sus manos,
para condenar los momentos de soledad, salvo que sea consentida.
Le encanta, ser memoria de la luna, e iniciar la pasión, pues no
debemos olvidar, que es una condición implícita en ella...
Pocas situaciones le causa mayor trastorno, que ver como se
comportan algunos "hombres" groseros que terminan manchando
cualquier viso de dignidad.
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