Hoy he vuelto a redimir el silencio mientras sin desearlo, me perdía en el camino. Calla la vida su carnaval de risas, con la finalidad de lograr que los corazones se vistan de fiesta. He tenido que aprender a vivir ciertas soledades y ausencias, para retomar aquellos monigotes hechos con la fina arena de la playa. En estos precisos momentos, tan solo dispongo de algunas palabras, y una pequeña mariposa posada en mi hombro, que según parece ha decidido hacerme compañía. Viento y brisa insatisfecha, alguna que otra nube blanca y antiguos deseos incumplidos, es todo cuanto me queda.
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