Quiero regalarte mi sonrisa reflejada en este escrito, unas palabras con fragancia a nardo y jazmín, un magnífico día soleado con tu nombre y un abrazo amoroso para que lo guardes en tu corazón. Quiero regalarte nuevo brillo para tus ojos, mis palabras más sinceras con la finalidad, de poderte servir de ayuda en los momentos difíciles de la vida. Te regalo mi adoración perenne compartida sin estrecheces. En cambio tan sólo te pido una cosa, que abras tu espíritu a los sentidos y vuelvas a ser manantial de fuerza, emitiendo tu acostumbrado canto a los anhelados sueños.
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